Un nuevo ecumenismo nuevo


 por andré/andrea musskopf

En eses días hemos participado de la Minga Ecuménica organizada por el Centro Martin Luther King de Cuba con organizaciones, socias y socios de toda América Latina y el Caribe.

Siguiendo la invitación de remar en comunidad nos encontramos, celebramos, conversamos, discutimos, planeamos. Hablamos sobre la actual coyuntura, evaluamos logros y errores del pasado, soñamos futuros mejores para nuestras gentes, nuestros países y nuestra región. Venimos con nuestras propias barcas con las experiencias, las herramientas y los proyectos que vivimos en nuestros lugares de vida, trabajo y lucha con apertura para navegar juntas por eses días y, al volver a nuestros contextos, mantenernos en las corrientes y conexiones que nos unen.

Desde la perspectiva de género y diversidades nos dimos cuenta que muchas, muches y muchos tuvimos que dejar para tras el Cristianismo y los espacios religiosos en los que no cabíamos y no queríamos encajarnos e inventar nuevas formas de ser y vivir, incluyendo nuestra fe y espiritualidades.

Las iglesias, organizaciones y el movimiento ecuménico nos han silenciado, invisibilizado y borrado de sus prácticas y de su historia y creamos nuestras propias trayectorias.

La educación popular nos ha fallado porque el marco del diálogo propuesto no incluía la posibilidad de decir nuestras palabras y nuestros mundos.

La teología de la liberación nos ha fallado aun cuando reconoció nuestros rostros pero no fue capaz de transformarse a partir de las experiencias de nuestros cuerpos.

La lectura popular de la biblia nos ha fallado por no considerar nuestras vidas como textos sagrados que inspiran las lecturas hechas en comunidad.

El movimiento ecuménico nos ha fallado al sacrificar nuestros cuerpos y nuestros derechos muchas veces en nombre de una unidad, una armonía y un proyecto que exigían que esperásemos.

Así que, se vamos a seguir remando juntas, será necesario que aprendan a:

- DECIR NUESTROS NOMBRES (elegidos, inventados y asumidos): mujeres, personas LGBTQIAPNB+, negras, indígenas, campesinas...

- RESPETAR NUESTOS DERECHOS: sexuales, reproductivos, étnico-raciales, aborto, interrupción de embarazo, autodefinición...

- INCORPORAR NUESTRAS ESPIRITUALIDADES: múltiples, misturadas, erotizadas, con otros textos sagrados, símbolos y ritos.

Perspectivas como la interseccionalidad, decolonialidad, diversidad, complejidad no son solo conceptos y teorías, pero practicas activas en nuestros grupos y comunidades que fueron donde nascieron - y no en la cabeza de algunos intelectuales extractivistas.

Queremos remar juntas en un movimiento colectivo por justicia, pero sin tener que seguir ritmos y destinos únicos o definidos sin nuestro consentimiento, especialmente cuando dicen respecto a nuestras vidas, sin tener que llegar al mismo lugar o de la misma manera. Reclamamos el derecho a la autodeterminación por el cual hemos luchado y seguimos luchando y queremos que se sumen a nuestras luchas y caminos. ¡Nada menos que un ecumenismo anticapitalista, antirracista y antipatriarcal!

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